Después de siete años, después de muchos amigos, de tantas alegrías, de tantas dificultades, después de algún que otro premio, tanto individual como colectivo, después de "Los Orejones", "Los Pelaos", "Las Feas", "Los Chiringay's", "Los Paparruchas", "La Niña de la Curva" y "La boda bajo el mar" (Las chirigotas tienen otros nombres pero así se les conoce), he decidido poner fin a ésta andadura.
Anoche terminó una de las etapas más hermosas de mi vida carnavalesca, quizás la más rica en compañeros y amigos, tal vez la más productiva. Hubo otras, pero no tan buenas como ésta.
El último que salió de la reunión, MI AMIGO, José Luis Sacramento, se llevó un trocito de mi corazón consigo, porque así me lo pidió, porque así lo quise, y el sueño de, como el mismo me dijo, "volver a cruzarnos en el camino".
Otros muchos fueron saliendo, cada uno por su lado, pendiente de nueva agrupación, pendiente de otros nuevos aires, todos o casi todos forman parte de mi vida, todos o casi todos estan Cualificados y Capacitados para formar parte de otros grupos, porque son ricos en Calidad, Cualidad y Corazón.
Lo dejo pero no por ellos y ellos lo saben. Lo hago por mí, por descansar, por buscar nuevos retos, nuevas ilusiones, para soñar, besar, acariciar...
... lo dejo para seguir estudiando, aprendiendo...
... lo dejo porque necesito de los míos.
Si necesitase hacerlo lo haría, pero ellos saben que nombrarlos aquí no hace falta porque he intentado, con el paso de los años, grabar sus nombres dentro de mi alma, porque, solo así, permanecerán en mi vida para siempre.
No digo ADIOS porque sería muy injusto, conmigo, con los que me siguen, con los que me apoyan, con los que siempre han estado a mi lado, con los míos.
Lo dejo por un tiempo, un año, dos, tal vez tres, si después del tercero no vuelvo, no hará falta preguntar por mí porque, seguro, que, como otros tantos, todo habrá terminado.
Pero sabréis de mi, en la calle, con mi hermano y mi compadre, sin la exigencia de un Teatro, sin la lucha por un premio, sin más compromiso que el ir al ensayo, sin más necesidad que la de compartir con algunos amigos ese ratito de los viernes que nos hace más libres, más humanos, más CARNAVALEROS.
Pero quízás sepáis de mi, en el Teatro, mucho antes de lo esperado... (ahí lo dejo).
José Mora Orta
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